Por: Juan Pablo Chinchilla
Las mujeres no se quedan atrás en un deporte dominado en grandes proporciones por los hombres. La F1 no sólo cambia con el estilo de los vehículos, de transmisión manual a automática, de la reducción del tiempo en zona de pits o la disminución de los accidentes en la pista, también cambian ciertos paradigmas que se conectan con la mujer detrás de un volante.
Ha de ser un motivo de orgullo para
Latinoamérica, pero especialmente en Colombia en tener a la primera mujer
latinoamericana que ha conducido un vehículo de la F1, Tatiana Calderón. Una
bogotana que desde sus inicios en el kartismo colombiano hasta ser piloto
prueba para el monoplaza C32 de la
escudería Alfa Romeo. Sin embargo, esta no es la primera vez en que Calderón ha
tenido la posibilidad de conducir uno de los vehículos más rápidos del mundo.
Su carrera no sólo se centra
en la conducción de un auto, Tatiana Calderón hace historia en nuestros tiempos
al ser parte de un selecto y talentoso grupo de mujeres que en la historia han
conducido un F1. Cinco pilotos oficiales y siete pilotos de pruebas, en los que
se encuentra Calderón, son un motivo de esperanza en ver a la mujer
adentrándose en uno de los deportes de mayor capacidad mental, motivacional y
física.
La Fórmula 1 necesita mujeres
en la parrilla, sus méritos y talentos actuales como los de la piloto británica
Jamie Chadwick, actual campeona de la W Series, demuestra que estamos cada vez
más cerca de una uniformidad en este deporte. De la mano de ciertas escuderías
se demuestran las ansias y capacidad de conducción que tienen las mujeres,
aspecto completamente opuesto a lo que comúnmente se cree sobre las mujeres
tras un volante.
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